sábado, 17 de noviembre de 2007

Los ghettos

En 1939, se desata en Europa la Segunda Guerra Mundial, la cual estuvo encabezada por gobiernos totalitarios quienes tenían el control de la ciudad en todos los aspectos y quienes estaban liderados por una figura central como en el caso de Alemania, Italia, y la Unión Soviética.

Adolfo Hitler, excombatiente de origen austriaco, el 30 de enero de 1933, luego de las elecciones en la que los nazis tuvieron la mayoría de los votos, fue nombrado canciller por el presidente Hindenburg. A través del incendio del edificio del Parlamento, del que los comunistas fueron culpados y encarcelados, a través de la creación del partido Nacionalsocialista, nombrado partido único en Alemania y a través de la noche de Los Cuchillos Largos, de la formación de la Gestapo y de la muerte de Hindenburg, Hitler fue retomando cada vez más poder.

Luego de establecerse el estado totalitario, comienza en Alemania la persecución racial desplegada tras la propaganda antihebrea. De ésta forma, Hitler impone el régimen de segregación antisemita y luego de la sanción de las leyes de Nuremberg, los judíos así como los gitanos y los homosexuales fueron marginados de la población alemana, quitándoles derechos de todo tipo.

Así es como Hitler crea los ghettos, que eran distritos urbanos en los cuales los judíos fueron forzados a vivir en condiciones miserables. La palabra “ghetto” tiene orígenes del nombre del barrio judío de Venecia establecido en 1516 y en Alemania fueron creados más de 400.

Los ghettos estaban cerrados con muros, rejas de alambre de púas o portones. El hambre, la escasez crónica, los inviernos duros y la falta de servicios públicos resultaron en brotes epidémicos y una alta mortalidad. La vida cotidiana de los ghettos fue administrada por los consejos judíos (Judenraete) y la política judía, ambos nombrados por los nazis y forzados a mantener el orden y facilitar las deportaciones a los campos de exterminio.

Los ghettos mas conocidos fueron el de Varsovia, Vilna y Lodz.

Durante la invasión alemana a Polonia, el 1 de septiembre de 1939, Varsovia sufrió ataques aéreos y bombardeos fuertes. Las tropas alemanas entraron el 29 de septiembre empezando así una dura y triste historia para los habitantes judíos de esta ciudad.

A fines de septiembre de 1939, los oficiales obligaron a los judíos de la capital de Polonia a llevar brazaletes blancos con la estrella de David en azul, de esta forma los identificarían fácilmente. Las autoridades alemanas les cerraron las escueles, confiscaron sus propiedades y obligaron a los hombres a hacer trabajos forzados.

El 12 de octubre de 1940, los alemanes decretaron la creación de un ghetto en Varsovia, obligando a todos los residentes judíos a mudarse a un área designada. El ghetto fue cercado y vigilado, para prevenir movimientos entre el mismo y el resto de Varsovia.

Las SS y la policía alemana llevaron a cabo la primera deportación del ghetto de Varsovia al campo de exterminio de Treblinka en julio de 1942. Para el 6 de septiembre, los alemanes habían deportado aproximadamente 300.000 judíos de Varsovia. Llevaron a cabo una segunda deportación en enero de 1943, en la cual alrededor de 5.000 judíos fueron deportados. La tercera y última ola terminó esa primavera, el 16 de mayo. Aproximadamente, unos 50.000 sobrevivientes fueron llevados en abril – mayo de 1943 a Treblinka, los campos de trabajo forzados de Poniatowa y Trawniki, y Majdanek luego de que los alemanes derrotaron un levantamiento armado de los judíos que quedaban.

Las tropas soviéticas liberaron una Varsovia devastada en enero de 1945. Mientras que, antes de la Segunda Guerra Mundial, la ciudad era un centro de vida cultural y social. La población judía era de 350.000 personas y era la más grande tanto en Polonia como en Europa y la segunda en el mundo después de Nueva York.

Podemos encontrar información fidedigna de los eventos que estaban ocurriendo en el país en esta época gracias a un archivo que se hizo conocido como “Oneg Shabatt” (por la celebración de Shabatt). Éste archivo se hizo posible gracias al historiador Emanuel Ringelbaum, que creó una organización clandestina la cual otorgó esta información.

Mientras tanto, en la ciudad de Vilna, no ocurrían hechos muy distintos. En 1940, las fuerzas soviéticas ocuparon Lituania incluyendo así a Vilna, ya que esta había sido transferida a Lituania por la Unión Soviética en 1939. El 22 de junio de 1941, Alemania ataco a los comunistas en el este de Europa, rompiendo entonces el pacto que entre ellos había. Ocuparon la ciudad tres días después y en septiembre de 1941 establecieron dos ghettos, el Nº 1, en el cual se los obligaba a trabajar en fábricas o en proyectos de construcción, y el ghetto Nº 2, en donde concentraban a aquellos judíos a los que consideraban incapaces de trabajar quienes fueron asesinados por los Einsatzgruppen (equipos móviles de matanza) en el bosque llamado Ponary.

Ya hacia finales de 1941, los Einsatzgruppen habían matado a más de 40.000 judíos, entre ellos niños, ancianos y enfermos, mientras que los hombres sobrevivientes fueron enviados a los campos de trabajo en Estonia y las mujeres a Letonia.

El ghetto de Vilna, también fue liberado por las fuerzas soviéticas en julio de 1994, pero antes de esto, un grupo de partisanos judíos, conocidos como Organización de Partisanos Unidos ( Fareynegte Partizanes Organizatsye; FPO), el cual funcionaba dentro del ghetto y el cual se encargo de crear lugares ocultos para esconder armas y se preparo para luchar contra los alemanes. En 1943, al darse cuenta que los alemanes pretendían llevar a cabo la destrucción final del ghetto, los miembros de la resistencia los enfrentaron sin encontrar resultado alguno. Por lo tanto, el FPO decidió huir a los bosques más cercanos, mientras que algunos sobrevivientes de la destrucción final huyeron a través de las alcantarillas para unirse a los guerrilleros.

Por último, y como si fuera poco, los alemanes obligaron a los trabajadores judíos a abrir las fosas comunes y quemar los cadáveres sin dejar evidencias.

La ciudad de Lodz fue ocupada por los alemanes una semana después de que Alemania invadiera Polonia. Antes de la Segunda Guerra Mundial, los judíos de Lodz formaban la segunda mayor comunidad de judíos, después de Varsovia, de quien se encontraba a 120km.

En febrero de 1940, los alemanes crearon un ghetto en la zona noreste de Lodz, en donde cerca de 160.000 judíos fueron hacinados en una pequeña área.

Como fue esperado, el ghetto de Lodz, también fue aislado del resto de la ciudad pero también fue dividido en tres partes, partiendo de la intersección de dos carreteras principales.

Teniendo en cuenta que Lodz había sido uno de los principales centros industriales de Polonia, los alemanes aprovecharon para explotarlo definitivamente creando casi 100 fabricas.

Las condiciones de vida eran horrendas ya que carecían de agua corriente y de sistemas de alcantarillado. Los trabajos forzados, el hacinamiento y la hambruna fueron los rasgos distintivos del día a día. Más del 20% de la población del ghetto, murió como resultado directo de las severas condiciones de vida.

El campo de exterminio de Chelmno, caracterizado por utilizar furgones de gas móviles para matar a los judíos deportados, fue el parador de los judíos provenientes de Lodz.

En la primavera de 1944, los nazis deciden destruir el ghetto siendo el último que quedaba en Polonia. Los sobrevivientes fueron deportados al campo de exterminio de Auschwitz – Birkenau.

Podemos ver que, a causa de la ignorancia y maldad llevadas al poder, cómo una persona puede ser tan cruel con millones y millones de ciudadanos. Es increíble saber que, por tan solo ser de una religión diferente, o tener distintos pensamientos, puedan llegar tan lejos como, asesinar, torturar o humillar, sin importar quienes somos, de donde venimos, si tenemos o no una familia, o si tan solo nos queda una vida por delante.

Las torturas dentro de los ghettos fueron lamentables, y hoy me pregunto cómo fueron capaces de hacerlas.

Creo y espero, que esta triste parte de la historia jamás vuelva a repetirse, pero para eso, es necesario aprender a respetar a los demás, a escuchar y aceptar distintas opiniones y pensamientos. Tengo la esperanza de que con esfuerzo y voluntad, podamos destruir esta discriminación que poco a poco sigue creciendo.



Magalí Waldheim