domingo, 15 de julio de 2007

No voy a escribir de mí porque siempre, aunque no sea conveniente, me reservo mi historia.

No voy a hablar de mi sino de un hombre, un hombre desarreglado, sucio, despeinado. Un hombre de letras y fuerza cuando el pulso le tiembla al repartir sus ejemplares en un subte.

A este hombre lo encontré sin mirar, lo sentí pasar, rozo mi espalda con un cuadernillo verdoso y algunos celestes.

Sus libros, pequeños y enormes libros, reflejan muchas cosas del hombre que a pesar de ser un vendedor de la calle tiene todas las palabras en su haber, el las conoce todas.

Una mujer sostuvo un ejemplar mientras el iba y venia por un vagón, yo lo leía sin que ella me viera, me interesaba saber que era eso que valía tres pesos.

Cuando el volvió a pasar por detrás le compre uno, uno de los verdosos. Según el, El Primer Ejemplar Editado.

Me cuenta que nació en 1936, y como me encantan las historias de la calle, lo escucho atentamente. El sigue explicando que estudio mucho, demasiado nunca, dijo. Teatro, letras, ensayos, maneras y maneras de escribir.

Este hombre escabroso de la vida vendió ya 22.000 ejemplares de sus poesías, este hombre se llama Eduardo Rodríguez Bermejo y escribió esto:

Tiempos y Espacios:

Ha llegado al tiempo actual:

Las aguas divisorias.

He cruzado el Rubicón.

Fui hasta La Meca.

De Budista Zen

A barrillero

Todo lo hice

O lo empecé.

Fui cancerbero.

Busque aguas termales

Mar adentro

Y no me atrevía a ir

Hasta la costa.

No soy buen juez

De mi persona.

Alguien tendrá que hablar

Por mí: mostrar mi esfuerzo.

Mil horas evasivas…

Todo fue necesario.

Lo sé.

Hasta la huida…

Había que preservar

El centro;

La noción inconclusa

Y hasta la espada

Con la que debí romper

El Nudo Gordiano.

Lo peor de mi cautiverio

Fue tener siempre

La llave de la celda

En mi bolsillo…


Cecilia

martes, 10 de julio de 2007

Palabras

Como tensos turenos

sobre mi piel,

palabras seducen

mis labios…

tus labios…

Palabras danzantes

atacan tu cuerpo

desprevenido…

y caes.

Palabras como estrellas,

que permanecen

y luego mueren.

Palabras ausentes,

como el sol en invierno.

Palabras sin sentido,

sin rumbo,

ni significado.

Sólo palabras,

como una anónima caricia,

al borde del encanto.

Palabras disfrazadas,

ocultando el significado

de tu voz.

Enebradas,

con hilos tensos

en el telar del amor.

Palabras perdidas,

en laberintos sin salida

o quizás…

sin fin.

Palabras punzantes,

como vidrios en

la lluvia,

como cuchillos sobre

el mar.


Waldheim Magalí

miércoles, 4 de julio de 2007

Vacío

Tanto vacío…

Llegan las mañanas y me inunda el silecio…

Un silencio eterno.. lleno de recuerdos…

Recuerdos que parecen lejanos,

Y ya de tanto recordarlos

Pierden sentido…

El dolor…

Ese dolor que te inunda todo el cuerpo

Ya pierde sus dimensiones…

Se vuelve inexpresable,

Se torna insoportable…

Y aparece nuevamente el silencio…


Busco respuesta a miles de preguntas…

Necesito tus respuestas…

Corro desesperada preguntado ¿Por qué?

Y descubro que no vas a poder responderme…

¿Cómo seguir sin tu presencia?

¿Por qué seguir sin vos?

Preguntas que hacer reaparecer el dolor…

Ya tendré que aprender a vivir con el…

Se volverá mi compañero

y dejará de ser insoportable…

pero…

¿Cómo hacer para seguir ahora?



Belén Giardini