Cuando noviembre ceda y diciembre nos busque,
ya no despertaremos juntos.
En esos instantes equívocos,sin ruido alguno,
en esos gestos suavizados,ya no me mirarás.
Tendré que sentarme sola,purísima con mis mariposas,
a escuchar en latido rosado de la noche.
Contaré los meses,los días,perdida en el verano,
esperando frente a esa pantalla absoluta,triste.
Tan sólo ese gallo perdurable respirará,
yo sentiré tu perfume sutil,inmóvil.
Un poco fugáz me delataré,tal vez flotante podré girar,
bajo una sucesiva letra que ya pálida dulcifica.
Tus tesoros perpetuos,delgados como islas,me atarán.
Ya no me reconoceré,tibias mis lágrimas,
dejarán de trazar su camino gris,oculto.
Ya no te recordaré,inocente calamré mi perfecto dolor,
pero tú,no estarás....ya no estarás...
Antonella Arcidiágano-2006.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario